Un museo exprés para la artista de los pies descalzos: Shakira en 15 minutos
La muestra en la Ciudad de México, que durará solo 10 días, exhibe instrumentos, prendas, fotografías inéditas y parafernalia surrealista con el rostro de la artista colombiana


No hay furor, no hay fila, no hay gente. Una ambulancia espera estacionada frente a la entrada del predio, en caso de que la emoción de alguien se desborde. Pero ese alguien, como el furor y las filas, no ha llegado. Son las 09.50 del viernes 21 de marzo. Algunas personas pasan y miran las enormes letras blancas sobre un fondo azul. “Shakira. Estoy aquí experiencia”, un museo temporal de 10 días, con acceso gratuito en la Roma norte, en el corazón de la capital mexicana. Se necesita un registro previo para entrar. Las puertas abren diez en punto y cierran definitivamente el 31 de marzo. “Tenemos el registro lleno, pero la gente no ha llegado. Yo creo que solo son impuntuales”, dice una mujer del staff. Tiene razón. A las 10.30 hay furor, tres filas de gente, algunas con prendas de conciertos pasados. Unos vienen en grupo, en pareja, solos o en familia, como es el caso de los Valladolid: “venimos desde Puebla solo por esta”, dice Alma, de 50 años. Se refiere a su hija Xenat, de 21, vestida como la Shakira de Dónde están los ladrones: blusa roja, pantalón de cuero negro, cinturón de argollas grandes color café que parecen mandalas, el cabello lleno de trenzas largas. También la acompañan su papá y su hermana menor. “Le empecé a hacer las trenzas ayer, como a las cuatro y terminé a media noche”, comenta la mujer mientras espera que su hija haga el recorrido. Xenat ganó uno de los lugares de Camina con la loba, un concurso creado para cada país de Latinoamérica en que se presenta la gira Las mujeres ya no lloran. Los premiados acompañan a la colombiana en el escenario por un breve instante, para luego tomar sus lugares en el público. “Es súper fan esta loquilla”, añade Alma. “En cambio, Brenda (su hija menor) salió bien fan de Jenni Rivera. Siempre le digo que cuando quiera la vamos a ver. Pero al panteón”, dice con una carcajada. Su esposo también ríe descontrolado. A la adolescente no le parece gracioso.