‘Una ballena’: un atractivo filme español de cine negro con ramalazos de fantasía
Ingrid García-Jonsson, muy expresiva en su fría inexpresividad, es una misteriosa asesina a sueldo que se ve envuelta en una intriga criminal comandada por un contrabandista
El cine negro, el de los claroscuros del alma, los antihéroes cansados, las sociedades cínicas, corruptas y violentas, el pesimismo fatalista y el sentimiento de desconfianza, parece estar al alza en su variante neonoir: la de los tiempos contemporáneos y los espacios y localizaciones ajenos al clásico estadounidense. Corren tiempos de desesperanza social, y todas esas características encajan a la perfección en estos días de agónica hipocresía. Hace un par de semanas, con la ejemplar Secretos de un crimen, ambientada nada menos que en la India rural actual, su sistema de castas y ambigüedades morales. Este viernes, con el estreno de una muestra ambientada en el lluvioso norte de España, Una ballena, cuarto largometraje de Pablo Hernando. Humedad en el ambiente y en los personajes, con una particularidad: su mezcla de géneros, entre el neonoir, el fantástico y hasta el cine social.
Una ballena
Dirección: Pablo Hernando.
Intérpretes: Ingrid García-Jonsson, Ramón Barea, Kepa Errasti, Óscar Pastor.
Género: cine negro. España, 2024.
Duración: 108 minutos.
Estreno: 28 de marzo.