Una Europa más firme
La UE puede hacer valer su poder económico y regulatorio para contrarrestar los ataques y amenazas de Donald Trump

La respuesta de la Comisión Europea a las amenazas de Donald Trump está siendo extraordinariamente respetuosa, ya se hable de imponer aranceles, de socavar la integridad del territorio europeo (en Groenlandia, es decir, en Dinamarca) o de exigir que los Veintisiete dupliquen el gasto militar. Por ahora, Bruselas habla de defender los intereses europeos y la legalidad internacional y recuerda el historial de complicidades con EEUU. Se trata de la vieja táctica de ponerse de perfil para ver si las balas pasan de largo. Difícilmente pasarán: el superávit comercial de la UE con EE UU asciende a 235.000 millones, “una atrocidad” en palabras de Trump. Washington ha percutido hasta ahora sobre México y Canadá, y en menor medida China. La siguiente diana es Europa. Tanta circunspección corre por tanto el riesgo de interpretarse como debilidad. De ahí la oportunidad de las manifestaciones de algunos mandatarios europeos, que ya han advertido que habrá una respuesta inmediata si EEUU adopta medidas agresivas.