Una habitación sin vistas
Los lectores escriben sobre el alquiler de habitaciones, la cancelación a Karla Sofía Gascón, las noticias negativas y el valor de la sanidad pública
Hay un mundo de habitaciones que se alquilan en pisos ajenos, un bosque de nidos pequeños y oscuros. Se anuncian junto a pisos diáfanos, grandes y carísimos. Las habitaciones también son caras, aunque están para alojar a los que menos tienen. Hay habitaciones con ventana a patio y habitaciones sin ventana, cuatro paredes, el techo y el suelo. Habitaciones que son como una celda de castigo, habitaciones que cuestan 550 euros al mes más gastos, más dos fianzas. Esas habitaciones tienen dueños o gestores que saben que tienen algo escaso y preciado, que el que llama la necesita con urgencia porque no tiene dónde caerse muerto. Te dicen que si tienes trabajo, nómina, contrato, que para cuánto tiempo, que si vienes ahora mismo, y vas y una hora después te llaman y te dicen que la habitación ya está alquilada. No sabes si la persona a la que se la han alquilado era rubia, tenía la piel más clara o no tenía acento extranjero. No lo sabes, pero te lo imaginas.