Una nueva técnica logra sortear uno de los obstáculos para que dos machos puedan tener crías
Un experimento con ratones muestra la posibilidad de que haya reproducción entre individuos del mismo sexo, pero hacerlo en humanos sigue lejos

Entre los mamíferos, el reparto de la herencia genética del padre y de la madre requiere un equilibrio delicado. Para que el embrión se desarrolle bien, existe un sistema de control, llamado impronta genómica, que regula la expresión de los genes que se reciben de cada progenitor. Algunos genes solo funcionan bien si se reciben del padre y otros solo si se reciben de la madre. En general, los genes impresos paternos favorecen el crecimiento y el uso de recursos, mientras los maternos los restringen. Si faltan las marcas femeninas, suelen aparecer problemas por un crecimiento excesivo y si faltan las paternas, por subdesarrollo. Normalmente, cuando se han intentado crear crías con dos padres o dos madres, el proceso se detiene en la fase embrionaria.