Una oportunidad para los kurdos y para Turquía
Erdogan tiene en su mano acabar de manera pacífica con un conflicto que ha durado cuatro décadas

El histórico anuncio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) sobre su disposición a un alto el fuego e incluso a su eventual desarme —condicionado a la liberación de su líder, Abdullah Öcalan, encarcelado en la isla-prisión de Imrali desde hace 26 años—, marca un hito en cuatro décadas de conflicto entre la República de Turquía y la insurgencia kurda que ha costado al menos 40.000 muertos. Pero tanto la declaración del PKK como el llamamiento de Öcalan a la disolución de la organización armada deben ser recibidos con cautela.