Vecinos en defensa de sus espacios forestales
La implicación de los pueblos cercanos a las zonas verdes, junto con las organizaciones privadas y públicas, es vital para la protección del ecosistema

Fue hace casi siete años cuando Pedro Pérez de Ayala se lanzó a redescubrir España. Lo hizo con su mirada adulta y con los ojos de quien busca entender más allá del panorama. Lo que encontró este ingeniero industrial de formación fue un mosaico de un mundo natural que poco se parecía al que recordaba en su infancia: pueblos vaciados, tierras abandonadas, ecosistemas degradados y una creciente desertificación. Verificó con mapas e imágenes satelitales el estado de algunos paisajes. “Fue un golpe de realidad”, dice. Una alarma interna se encendió dentro de él y se aventuró a fundar ReTree en 2019, una start-up que une tecnología, empresas y comunidades locales para regenerar bosques y combatir la crisis climática.
Parches aislados
A pesar del aumento de la cubierta forestal ocurrido en las últimas décadas en España, debido fundamentalmente a los procesos de abandono rural, el histórico proceso de fragmentación y pérdida de hábitats que continúa produciéndose en la actualidad ha dejado un territorio con parches de vegetación cada vez más pequeños y aislados y que por sí mismos tienen una limitada capacidad de conservar la biodiversidad a largo plazo. Esto, unido a la ausencia generalizada de gestión y planificación territorial (apenas un 15% de la superficie forestal cuenta con instrumentos de gestión) y a los incendios forestales (que afectan a una media de 90.000 hectáreas anuales), ofrece un escenario muy poco optimista. Además, el cambio climático está acelerando el proceso de degradación de los bosques ibéricos.