Viva la concejala que prohibió ‘Lisístrata’ en Linares
Todavía quedan munícipes que no se arredran ante el sentido del ridículo y echan el telón para proteger a sus ciudadanos, como los curas de antes se plantaban ante la pantalla en la escena del beso

Hay que aplaudir y agradecer como merece la gesta de Mari Carmen Muñoz, concejala de Igualdad de Linares, cuando el viernes pasado —según leo en la tragicómica y preciosa crónica de Ginés Donaire en este diario— interrumpió y prohibió una función de Lisístrata en el auditorio de su ciudad. Gracias, concejala, por la escandalera, por el asombro y por demostrar que el arte aún es capaz de perturbar y ofender a la autoridad competente. Todavía quedan munícipes en España que no se arredran ante el sentido del ridículo y echan el telón para proteger a sus ciudadanos, como los curas de antes se plantaban ante la pantalla en la escena del beso.