Vivir más años, ¿vivir mejor?

La vida se alarga y el cambio demográfico pide una nueva forma de entender y gestionar el envejecimiento, el nuestro y el de la sociedad. Nunca el Estado de bienestar ha dependido tanto del bienestar humano

Jan 22, 2025 - 05:00
Vivir más años, ¿vivir mejor?

El ser humano podrá vivir más de 120 años. ¿O tal vez se lo impida una barrera biológica? Lo que en la actualidad es una excepción, en poco tiempo podría convertirse en la norma. Un cambio social, económico y demográfico está a la vuelta de la esquina en España, en Europa, en el mundo. La medicina, la tecnología, el entorno, el estilo de vida harán de la longevidad un factor clave que pondrá patas arriba la sociedad e implicará un cambio drástico en la mentalidad de los ciudadanos.

Seguir leyendo

Retos económicos del envejecimiento 

En España, la jubilación de la generación del baby boom supondrá que el número de pensiones pase de los actuales 10 millones a unos 15 millones a mediados de siglo, con el consiguiente incremento del gasto en pensiones. La inmigración tendrá un papel crucial en esa evolución a la hora de cubrir vacantes. Según Enrique Devesa, profesor titular de Economía Financiera y Actuarial (Universitat de València), experto en pensiones e investigador del IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas), “el envejecimiento de la población elevará la tasa de dependencia demográfica hasta el 53,7% en 2050 y harían falta más de seis millones de afiliados adicionales para lograr el déficit cero en el sistema de pensiones contributivas”. Además, Devesa responde a estas dos cuestiones cruciales sobre la financiación de las jubilaciones:

  •  ¿Está en riesgo el Estado de bienestar? Ese mayor gasto en pensiones, junto con la disminución de los ingresos, tiene que incidir, necesariamente, en la sostenibilidad del sistema. Actualmente, el déficit contributivo (que tiene en cuenta la diferencia entre el gasto en pensiones contributivas y las cotizaciones) está en algo menos de 30.000 millones de euros anuales, lo que supone casi un 2% del PIB. Dada la dinámica poblacional, y la poco esperanzadora reforma de pensiones de 2021-2023, este déficit podría llegar en 2050 hasta cinco puntos del PIB. En condiciones normales, esto va a suponer que no podremos dedicar todo lo que nos gustaría a otros elementos del Estado de bienestar, como la educación, la dependencia y la sanidad. En este punto, conviene recordar que nadie duda de que el gasto en sanidad y en dependencia se incrementará con el envejecimiento de la población, por lo que, en el futuro, habrá que hacer un mayor esfuerzo que en la actualidad. La pregunta clave es: ¿A qué preferimos destinar ese mayor esfuerzo, a pensiones, a sanidad, a dependencia? Quizás haya que aumentar la edad legal de jubilación. ¿Qué partido político se atreverá a hacerlo?

 

  • ¿Será necesario promover una jubilación activa? Ya existen mecanismos para compatibilizar trabajo y pensión, pero creo que se debería facilitar e incentivar esta opción porque puede generar una mejora del saldo de la Seguridad Social. Cuando una persona cumple los requisitos para poder jubilarse, no veo inconveniente para que pueda cobrar la pensión que le corresponda y que pueda seguir trabajando; eso sí, pagando una cuota de solidaridad, tal como ya está establecido actualmente.